Estuve en diciembre de 2019 viendo una actuación en directo de CMQ Big Band (un tributo a Benny Moré) en el Café Berlín, y la verdad es que me gustó bastante.
No sé si son muy habituales, y yo diría que muchas veces actúan en salas dedicadas a jazz en vivo, pero cuando lo vi anunciado, quise aprovechar la oportunidad.
El repertorio que tocaron, yo diría que fue bolero, chachachá, rumba, y guaracha (salsa).
Yo no soy un experto en música, pero lo que escucho en sesiones de salsa dura, no deja de ser lo que escuché en el concierto de CMQ, probablemente por eso, mucha gente defiende a Celia Cruz cuando decía que la salsa es música cubana con nombre nuevo.
Público de todas las edades, yo diría que elegante, o al menos nada casual. No se bailaba como en una sesión de bailes latinos como tal. Quizás alguna pareja hacía alguna figura un poco más compleja por aquello de aprovechar las clases en la escuela, pero más allá de un poco de básico de son y alguna aspirina, tampoco vi mucha floritura. Yo aproveché para hacer algo de rumba (por aprovechar las clases, también :))
El directo siempre impresiona. Cuando escuchas sonar los instrumentos de viento, no tienen nada que ver con lo que sale de un disco (me da igual vinilo que CD), y eso lo noté muchísimo ayer, precisamente con este tipo de bandas.
Por otra parte, escuchar bolero y chachacha en vivo, con esa cantidad de músicos vestidos de forma elegante, me hace ver que todo lo que se vivió desde los años 20 a finales de los 50, tanto en La Habana como en Nueva York, debió ser algo muy grande.
Creo que no triunfaría de forma habitual en el Madrid actual, ya que los bailadores buscamos salsa constante para no parar de hacer figuras, pero como experiencia creo que merece mucho la pena.
Aparte, hace tiempo que vi un vídeo en el que hablaban de cómo las grandes orquestas de salsa dejaron de ser rentables por la cantidad de músicos que había que mantener, y ayer haciendo números, quizás me surgían ciertas cuestiones en función de lo grande que sea una sala, del precio que se cobre por el espectáculo, y de que se consiga llenar.
Quizás (entre otras) por eso, es mucho más accesible contratar un buen DJ. Pero eso sería objeto de otro tipo de relato menos basado en lo artístico.
Yo me quedo con lo bien que me lo pasé en el homenaje a uno de los músicos más grandes que ha dado la música cubana, El Benny.