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He estado en septiembre de 2019. La sala, Cha3, una de las mejores de Madrid bajo mi punto de vista. El ambiente, el nombre de la sesión lo dice todo.
La música ha sido timba en su totalidad. El rato que he estado (entre las las 12 y las 2 y media) no ha habido ni salsa comercial, ni bachata, ni reggaeton. De hecho, salvo un par de canciones, la música que ha sonado, no la he conocido para nada.
Caras conocidas de otras maninées (Timbalarde, etc). Mucha rumba, una música hecha para poder rumbear y hacer figuras de casino (salsa cubana) a ritmo frenético.
Es como si La candela hubiese juntado distintas escuelas de bailes cubanos y estuviese organizando este tipo de eventos que, parece que están teniendo sus adeptos.
Hicieron una rueda en la que no me metí, pero que tuvo pinta de estar bien.
Poquito antes de irnos, llegó la música en vivo. Subieron al escenario un percusionista y un bajista, y tocaron su instrumental junto con música que salía del DJ.
He bailado básicamente, con las chicas de mi grupo, pero he visto un buen nivel de baile. Quizás no tan rumbero como podría haberse dado, pero tendría que ir más veces para constatarlo. Como en toda sesión, había gente a la que se veía con menos recorrido.
Gente de todas las edades y de todos los estilos: Tacón, zapatilla de deporte, vestido, vaqueros, chándal… Tal es la variedad que he visto, que no me atrevería a definir nada en ese aspecto.
Yo creo que este tipo de fiestas, eventos, sesiones, se pueden incluir en ese movimiento timbero madrileño que describí en Yo soy del casino al tembleque. Quizás se la forma que tienen muchos bailadores de salir del SBK que está abarrotando las pistas de baile.
En lo personal, los que me seguís, sabéis que mi pasión es la salsa dura y la romántica, pero que la timba también entra en los géneros con los que me gusta hacer figuras, por lo que cuidando que la música no sea muy rompepiernas, puedo pasar un buen rato en estas sesiones, aunque no sea de una forma tan especial y prolongada como en otras de la naturaleza que describo.
En cualquier caso, para los timberos de Madrid, me ha parecido una sesión que les tiene que volver locos. Esa sala, con su música favorita, rodeada de bailadores y amantes del cubaneo en general, es para que no se pierdan ni una.
Tengo que reconocer que a mí se me ha hecho raro ver tanto tembleque en una sala que considero más para bailes de salón (no es que la timba no lo sea, pero siempre la he visto más popular y menos de tacón). De todas formas, creo que en Madrid hay parte del público que comparte el cubaneo con el salón más clásico.
En el vídeo (apenas 1 minuto) se ve cómo la sesión va de menos a más. Creo que al principio del mismo, he logrado mostrar lo grandioso de esa sala.