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Llevaba años y años leyendo en internet «Vente a la rumba de Pedro Pablo«, y nunca había tenido claro si era una sesión estilo salsódromo, o si era alguien que organizaba eventos.

Es un músico que tiene su propia banda. en abril de 2018 me he decidido a verle en directo en la Sala clamores. Me decía Delfín Alcolea (andaba por allí), que ha ido cambiando componentes en ella a lo largo de estos años.

Me pareció un espectáculo bastante majo. El tío vive lo que está haciendo: Rumba cubana.

El concierto que he visto yo, incluía algunas canciones que tenían muchos tintes de jazz con percusión cubana, que no me atrevería a calificar de latin jazz al estilo Mandingo y su son y otros de dicho género, que incluyen más viento y hacen algo más parecido al mambo.

De hecho, de bailar algo en sus saraos (Pedro Pablo), sería afro-rumba. difícilmente se podría hacer línea, cosa que con el latin jazz que más he escuchado, es lo que pide la música.

Me pareció bastante recomendable, no para bailar en pareja haciendo figuras, pero sí para disfrutar de una buena dosis de ritmo y sabor.

Los músicos que le acompañaron, me parecieron de calidad. sin ser una orquesta grande (en número), llenaron la sala de sonido y lograron hacer que mucha gente se arrancase a hacer pasos de guaguancó y a mover los hombros.

En fin, que muchas veces tardas años en conocer algo que otros más ajenos al mundo-salsa conocen sin siquiera saber hacer un 70. Quizás este tipo de espectáculos demuestran que no todo en Madrid son escuelas de baile, figuras, y salas donde se bebe agua y se baila salsa en línea y bachata sensual.