Una de las partes del relato de Adriana Cid (acceder) que más me ha impactado, y que podría venir del de Jose Bailamisón perfectamente, es en la que dice taxativamente que para bailar casino (salsa cubana) no es necesario tener ni rumba, ni afro.
Apela a su ascendencia directa, el son, esencia de Cuba que (esto no está en el relato) es música criolla influenciada por lo hispánico (además de lo bantú).
De hecho, el tres cubano (instrumento base sonero) es herencia de la guitarra española, de la época de la colonia, donde ya se hacía salón para contradanza española y otros bailes de distintos orígenes.
Comenta también, cómo luego está la timba, que ya incluye afro, rumba, reguetón. Todo ello proveniente de la vertiente africana (percusión incluida), de la que emana ese sabor que tienen Las Antillas y que les diferencia de los bailes de otras latitudes.
Yo no voy a entrar a valorar si es mejor meter mucha rumba o poca a tu casino, porque como dice el refrán: Doctores tiene la Iglesia. Se me vienen a la cabeza Javier Monier o Gustavo Silva con tremenda rumba, que puede que tengan una opinión distinta a los top-soneros.
Pero la verdad es que si hago memoria, cuando empecé a bailar salsa cubana hace ahora 8 años, lo que buscaba era un baile de pareja mucho más parecido al casino tradicional, que a esa fusión de estilos que es la timba.
Otra cosa es lo mucho que me ha influenciado a posteriori, ir a congresos como Shango Baila, o profundizar en la historia de la salsa y perderme en su vertiente de origen afrocubana.
Por otra parte, no sé qué hubiese pasado si a muchos de mi entorno les hubiesen puesto a hacer un exceso de rumba de inicio, aun como complemento a la salsa.
Pienso que, tan malo es no darle a alguien afro y rumba cuando lo demanda, como dárselo en demasía cuando lo que busca es más casino tradicional, más son.
Puede tanto auge de la timba esté viniendo por el gran nivel de baile que hay en España en la actualidad, en el que los bailadores somos capaces de incorporar cada vez más variantes.
Pero quizás el casino tradicional, sea perfecto para todos esos bailadores que no tienen rumba, y que quieren hacer un baile de pareja tan elegante como el On2 Puerto Rico, pero más a lo cubano.
Me atrevería a decir que a partir de la mediana edad, se es más conservador en todo esto.
Es más, rumbear muy forzado, puede hasta eclipsar la parte buena que todos tenemos. Se trata al final, de estar cómodo ya sea línea, casino, rumba, o merengue lo que se haga. Cuando algo te gusta, sueles terminar haciéndolo bien.
Por mi parte, seguiré con mi cubaline con algo de rumba para buscar ese equilibrio entre elegancia y sabor del que tanto se ha hablado en este blog. Cierto es, que la elegancia me llama mucho en cualquier estilo de baile.