El final de lo clandestino - Relatos Salseros

El final de lo clandestino

Siempre tuve claro que en los 90, música y droga fueron de la mano para dar lugar a la llamada fiesta. A decir verdad, no sé si los DJs hicieron ricos a los camellos o si fue al revés, pero yendo por separado no se hubiese dado el movimiento que hubo.

Desde fuera y sin experiencia, pienso que lo que diferenciaba a yonquis y fiesteros era que los segundos sólo consumían estando en el ambiente, pero la fiesta era la fiesta.

En el mundo-SBK, a lo largo de este año y medio, he hablado varias veces de la necesidad de recuperar los sociales para mantener el circuito ilusionado. Y de alguna forma, a base de estirar la legalidad se ha conseguido volver a ver carteles de salas muy atractivos aquí en Madrid.

Creo que puede ser el final de lo clandestino, porque a bailar ya se ha vuelto hace meses. Y mi opinión es que de consumarse, conllevará un cambio de ciclo que va a permitir mucho más que hacerlo en social, ya sea al aire libre o a través de prácticas.

La semana pasada, Ronier Salsa montó un evento extraordinario mostrando su nueva coreografía e incluyendo a Fadi Fusión en el cartel (quedándose luego para otros sociales).

Marcos Páez trajo a Fernando Sosa hace pocas semanas. Johnny Vázquez, Adrián y Anita, y otros grandes han estado por aquí también hace poco. No tengo claro que todo esto se hubiese dado sin caminar sobre la frontera de lo permitido.

Fuera de Madrid, he visto que Carmen Lorente está llevando a Maykel Fonts a su escuela, y que Mario Layunta hace lo propio con Franklyn Díaz. No sé lo que se estará haciendo en Valencia y Barcelona después de los talleres, pero se ve todo mucho mejor que hace unos meses.

Y sin duda, con los sociales clandestinos no hay lugar para que los más brillantes tomen la relevancia adecuada.

Si la ruta del bakalao era música y droga, el circuito salsero son sociales y escuelas. Como muestra, he estado estos días en Benidorm, donde van a otro ritmo aún, y tomar una cerveza en Winston Latino sin poder bailar su música, cambia el concepto de sala.

Puede que al estar vacunado y saber que en el mundo-baile se bebe poquito y normalmente se respetan las normas de aforo y mascarilla, esté viendo todo esto desde un prisma distinto al de alguno de vosotros. En cualquier caso, me alegra ver cómo se publican carteles de sesiones otra vez.

Al fin y al cabo, vídeos de sesiones clandestinas los ha habido desde hace mucho más tiempo, y sería una pena que a Azúcar y a Parche, le acompañasen otras salas legendarias echando el cierre (en baile) por no soportar una crisis tan larga.

A ver si se mantiene el optimismo disfrutando de lo que se va consiguiendo a lo largo de estas semanas de verano.

Fin clandestino mas que bailar social - Relatos Salseros