A finales del mes que viene se celebra la tercera edición del Shango Baila. Después de asistir a sus dos primeras, puedo asegurar que es diferente al resto de los que he conocido.
En los congresos ordinarios (por llamarlos de alguna forma) la tónica es siempre la misma: talleres – shows – social. La verdad es que funciona, y si algo funciona ¿por qué tocarlo?
Sin embargo durante el fin de semana del Shango (es un congreso corto) tienen lugar una serie de actividades que van ligadas a lo cultural. El asistente puede introducirse dentro de la cultura afro-cubana a unos niveles muy superiores a los que puede dar una escuela en sus clases.
Hay talleres en los que se explica con diapositivas, la historia de la danza cubana desde sus estilos más ancestrales. Hay talleres de musicalización.
Como componente añadido (en talleres de baile en sí), los profesores suelen acompañar la enseñanza relativa a la danza, con lo que ha dado lugar a sea de una forma u otra, el origen y motivo de cada movimiento enseñado/aprendido.
No es extraño escuchar una explicación de cómo el Shango se pone las botas antes de salir a la batalla, y que de ahí los famosos pasos agigantados del mambo 2 que adornan ciertas figuras.
O cómo los humildes campesinos se ponían sus zapatos y calcetines nuevos para bailar los domingos, y de ahí el famoso «tirón de bolsillos marcando paquete» para enseñarlos. Y ya no cuento más…
Danzón, guaguancó, son, timba, romantiqueo… (salsa en todas sus variedades)… lo tiene todo.
En general, es una inmersión en la cultura cubana que va mucho más allá del baile. Los orishas…
El social del primer año fue en el mismo hotel en el que se hicieron los talleres. Una sala enorme con buena acústica y buen ambiente. El año pasado fue en una discoteca muy cercana al hotel (a penas 5 minutos andando).
No tiene, ni de lejos, el número de gente que un Madrid Salsa Festival, o que un Bachatea, pero hay bailarines más que de sobra para estar toda la bailando hasta que se te rompen los zapatos. Unas copas, y al hotel a descansar…
Son múltiples los profesores de alta calidad que se pasan por allí cada año. Tremendo taller de salsa romántica. Muy bueno, también, otro del año pasado, con el profesor contándonos cómo cantantes como Rey Ruiz le habían inspirado en sus inicios. Salsa con dos (un chico y dos chicas)…
Por concluir, es una buena forma de pasar el puente de mayo en Madrid disfrutando de la cultura cubana en compañía de salseros.
Nota marzo 2019: Este año no es en el puente de mayo. por cierto que el año pasado dediqué una publicación a su show (acceder).