Hará ya un par de años, una conocida del mundo-salsa, profesora de kizomba además, me decía que ella y una amiga suya, a los que las hablaban mientras bailaban, les llamaban los susurradores. La tía se partía de risa…
En el mundo-bachata (kizomba he bailado poco o nada), una de las cosas que me colapsan es cómo se puede bailar de forma que, viéndose la sombra a través un cristal, parecería que se está practicando sexo, y sin embargo, terminada la canción, si te quedas un minuto hablando, para muchas chicas pasas a ser un crápula, un brasas.
Así que una vez terminada la canción, un simple gracias por ambas partes y a por otro bailarín(a). Lo veo como compartir cama por la noche, y por la mañana tratarse de usted.
Yo diría que en general en las discotecas, hacer un small-talk es lo más normal del mundo (haya la intención que haya detrás), y la verdad es que precisamente en el baile, quizás haber compartido pista durante unos minutos podía hacerlo más fácil, pero está claro que no es así… que el haber bailado hace 2 minutos no tiene por qué ayudar.
Esa entrega que se ve en la pista, luego no tiene su continuación… y bueno, si es lo que hay y las cosas son así, habrá que preguntarse por qué más despacio y más adelante.
También entiendo perfectamente que haya quien se crea que todo el monte es orégano, y que eso provoque cierta distancia en muchas (y muchos) bailarinas cuando se sale de la pista.
En realidad, este artículo es la continuación de este otro que publiqué en abril.
