En el movimiento salsero que se dio en latino-américa en los 70 (especialmente en colombia), uno de los ingredientes de su caldo mágico fueron los concursos y shows salseros.

En el boom SBK que se está dando en la España del siglo XXI, las compañías de baile se están quedando con ese nicho de mercado.

Shows ha habido desde que Jordi Hurtado iba al colegio, pero desde que a muchos pop-stars les ha dado por formar sus propias compañías, cada vez es más gente la que se anima a formar parte de ellas.

Personalmente, creo que vienen a consolidar la madurez del  mundo-baile en españa: gente que entra en él, se queda embobada viendo gente bailar en pista, llegan a ese nivel y lo que les emboba es lo que ven en los shows, hasta que se deciden ellos a participar.

La salsa fue la protagonista en la Colombia de los 70, y el SBK (yo diría que especialmente la bachata) el de la España actual. No puedo asegurarlo, pero creo que en el primer caso, los bailarines preparaban ellos mismos sus coreografías.

Creo que todo esto que está ocurriendo es bueno, muy bueno de hecho. Soy fan de que la gente lleve a cabo sus ilusiones personales.

En un país en el que el deporte nacional es criticar al prójimo sin hacer nada para mejorar uno mismo, el hecho de que bailarines amateur se animen a auto-superarse y a crecer de la forma a la que obliga bailar en público, me parece que es de los aspectos más merecen mi reconocimiento en el mundo-baile actual.

Además, generan ilusión en el público que les ve por donde van. Probablemente más incluso, que los pop-stars, ya que se les ve más cercanos.

También cuestiono (parte 2 de este post) alguna de las cosas que estoy viendo en todo esto.