En mi artículo anterior, decía que igual parte del público más joven, disfrutaba más bachateando sensual con los de su edad, que haciendo tradicional con viejunos. Pero hoy voy a hablar de salsa , y desde mi punto de vista (hombre de mediana edad).

Dice un conocido mío, que cuando entramos a un bar de copas somos transparentes para las veinteañeras. Suele descojonarse cuanto lo cuenta.

Puede que, si en un bar de copas me acerco a una universitaria, piense que soy un policía que va a registrarla, ahí dejaría de ser transparente para ser marrón. Soy consciente de que hay Condes Lequios, Briatores, etc., pero hablo de la gran masa social.

Sin embargo, el mundo-salsa tiene algo especial al respecto de este fenómeno: no voy a decir que la gente joven no prefiera bailar con idénticos… especialmente si hay atracción física.

Pero he visto que, si tienes un nivel de baile majo, para muchas jóvenes, que estés en la mediana edad queda en un lugar muy secundario. Es curiosa la transversalidad que hay en este sentido.

Y disfrutan bailando contigo… no quiero decir que luego te tomes una copa con ellas y vivas la pasión turca (caso de no tener pareja), pero hay una aceptación difícil de encontrar en otros ambientes.

De hecho, una chica de 25, puede estar encantada de la vida con un cuarentón que se pase 7 minutos haciéndola girar por la pista de Pincel o de Bongos.

En ello, veo cómo influye que mucha gente sale a bailar, dejando el ligoteo aparte en mayor o menor medida. Van a la escuela a aprender, y quieren sacar en pista lo mejor de su talento. O no van a escuela y disfrutan del baile igualmente.

Y ya si hablamos de rueda cubana, la heterogeneidad que se ve es realmente asombrosa.

La danza tiene varios trasfondos: religioso, de celebración, de seducción, de diversión, etc. pero ¿a que este último no se da entre viejunos y postureantes en un local housero?

Por analogía, entiendo que a los sexagenarios les ocurre lo mismo con las mature. Huelga decir, que a muchos de nosotros nos da igual también, bailar con mujeres que nos sacan 20 años.

El feeling, la positividad que se transmite en una pista, es tan complicado de explicar, que igual sólo los que tenemos la suerte de conocerlo, podemos entender cómo supera ampliamente a una diferencia de edad.

Qué color y qué vida que nos da a todos bailar salsa…

Y en bachata tradicional, también se da… en kizomba, que me lo cuenten los kizomberos.

Además, esa aceptación, se extrapola a las quedadas pre-baile (social) y post-baile (escuela): cenas, cañas… y me parece extraordinario.

Por cierto, tremenda película la mujer de rojo.