Prólogo: La sociedad y su forma de entender el mundo
No sé dónde leí, que es más fácil convencer de algo a alguien, que una vez conseguido, hacerle ver que que eso es mentira (cuando efectivamente, lo es).
Leí también en su día, que el problema de este mundo es que las personas inteligentes lo cuestionan todo, mientras que los necios lo dan todo por sentado.
No sé cuántos de los que vais a leer esto, sois músicos y/o vivisteis en el caribe en los años 60 y 70 (decía césar rondón que nueva york era la parte más septentrional del caribe). En mi caso, todo lo que sé de la historia de la salsa, se lo debo a la hemeroteca.
(Nota: las fotos del libro que muestra este artículo son de la obra El libro de la salsa, de César Rondón)
Es más, hasta la historia más contemporánea requiere cautela y respeto: No es lo mismo hablar del 1-O con un separatista catalán que con un votante de Ciudadanos.
Para este artículo, he desechado muchas cosas que he leído en foros, centrándome en narraciones de personas que entiendo que saben de lo que hablan.
Años 60 y 70 en todo el caribe excepto Cuba: La salsa dura
Vamos directos a los años 60 para que Fidel Castro esté ya en el poder, y podamos así hacer una clara distinción de lo que ocurre en todo el caribe de forma paralela a lo que ocurre en cuba.
Y ya de paso, a partir de cuba se han popularizado el son, el mambo, la guaracha, el bolero, etc, a partir de Puerto Rico la plena, y partir de Estados Unidos el jazz. y es que es aquí donde empieza la controversia.
A pesar de que haya quien dice que el primer disco de salsa lo publicó Federico Betancourt en Venezuela en 1964 (álbum Llegó la salsa), es más que aceptado que ese término lo hicieron suyo el dominicano Johnny Pacheco y el norteamericano Joe Masucci en Nueva York a través de la discográfica Fania records.
Pero la controversia no está ahí, si no en ¿qué es la salsa?. Porque para muchas celebridades, no es más que un término paraguas para albergar todos los ritmos afrocaribeños de la época, pero para otras, es algo más complejo.
Entre los primeros, se encuentran Celia Cruz y otros cantantes que nunca reconocieron la salsa como un género musical. De ahí su famosa frase La salsa es música cubana con nombre nuevo o afirmaciones como El otro día grabé una guaracha con Pacheco y ahora lo llaman salsa.
Sin embargo, otros como César Rondón, afirman que en desarrollo de la salsa hubo influencias estadounidenses a partir del jazz, y puertorriqueñas con la plena.
Al respecto de la fusión del son y del jazz, describe el latin-jazz como un género en sí y que no termina en él mismo, si no que da lugar a la salsa en forma de descargas que tantos discos generó en su momento, dándole por tanto, identidad propia como género a la salsa.
A todo esto le da un contexto social de acercamiento de la música caribeña al famoso Barrio de nueva york en lo que describe como una evolución hacia lo urbano a través de unas letras dirigidas a la canalla, distinguiéndolo de Caracas o Bogotá, donde el concepto urbe no es tan abrumador como el de Nueva York.
Con todo, en estas otras ciudades harán suyas esas líricas, ya que su trasfondo encajaba igualmente en la miseria que en ellas se vivía. Así la salsa viajará rápidamente por todo el caribe.
Habla también de cómo las letras de las guarachas hasta esa época, hacían referencias al mundo rural, quedando estas totalmente desplazadas en la nueva salsa.
En lo que a la influencia de la plena puertorriqueña en la salsa dura de los 70 se refiere, pone (entre otros) el ejemplo más claro en una serie de discos de Willie Colón.
Sin salirnos de autores cubanos, el maestro René Touzet afirmaba que la salsa es una fusión de son, guaracha y son, como una evolución de la música cubana, dándole de alguna forma identidad propia como género.
El mismo Eddie Torres, maestro en muchos bailes latinos, dice: Enseño mambo, pero le pongo mucha salsa por encima. Por lo que no termina de definir la salsa como sinónimo del mambo. Sí que se identifica con el famoso término paraguas, pero reconoce que puede tener variantes que diferencien el viejo mambo de la nueva salsa.
Es como si para él, el mambo se pudiese considerar salsa, pero hubiese salsa que podría tener matices que no englobase el mambo.
Años 60 en adelante en Cuba: La timba
Como dice César Rondón, los cubanos se perdieron el boom salsero de las dos décadas siguientes a la entrada del castrismo. Cuando se quisieron dar cuenta de todo lo que había pasado, ya era historia.
Y como dice la hemeroteca, hasta 1959, Cuba fue la cuna de la creatividad musical en el caribe: desde la rumba cubana y la guaracha, hasta el mambo, pasando por el son, base de toda la posterior timba y salsa. La Habana era un crisol de culturas entregadas a los cabarets y salones de baile en general.
A raíz del cambio de sistema, se fueron (o les fueron) aislando en un mini-mundo en el que sólo ellos participaron.
No obstante, su música siguió evolucionando, y aunque a los ojos de buena parte del resto del mundo, se habían quedado en El manicero, la timba fue dándole formas más creativas a la música popular bailable cubana. Será a partir de los 90 cuando su población se identifique totalmente con ella.
Ellos mismos lo definen como música polirrítmica creada para el bailador. y le atribuyen una ausencia de estándares que les permite unas forma más libre de hacer música, tomando ésta más fuerza que la que se hace en el resto del caribe (salsa).
No quiero extenderme más de lo necesario porque de la timba ha hablo largo y tendido aquí, y sólo quiero reflejar la evolución de la música caribeña en su globalidad.
Epílogo: Opinión personal
A partir de los 80, con el declive de la salsa brava, surge la salsa romántica como una forma de mantener la industria. y recientemente he visto cosas hasta como salsa choke (sea salsa o sea reggaeton).
No cabe duda de que el son ha sido la base de casi todo lo que escuchamos cuando salimos a bailar. Y si bien Cuba es donde se ha gestó el epicentro de lo que hoy conocemos como salsa, creo que sería injusto dejar a un lado la tremenda contribución norteamericana con el jazz, e incluso la boricua con la plena.
¿Pero la salsa a quién le pertenece? ¿y tiene identidad como género?
En gastronomía, aunque las patatas se trajeron de sudamérica, creo sería absurdo decir que las patatas bravas madrileñas se considerasen sudamericanas, precisamente por la salsa que llevan por encima. Por otra parte, creo que nadie diría que los espaguetis son americanos si a estos se les pone salsa ketchup.
Parecería que para determinar su origen, habría que ver hasta dónde se toman en cuenta las raíces, y desde dónde se aplica la fusión posterior.
Y para definirla (o no) como un género musical en sí, se podría tener en cuenta que al ser una fusión, no es exactamente lo mismo que aquello que lo origina.
A mí personalmente, no me suena igual para nada una guaracha o un mambo de los años 50, que una salsa neoyorquina de los 70. La segunda tiene un sonido mucho más agresivo, más metálico… no sabría definirlo.
No sé qué hubiese pasado si no se hubiese inventado el término salsa. Igual estaríamos hablando de son moderno, de igual manera que se hace con el flamenco-soul de pitingo.
Y desde luego, la timba que ponen para hacer rueda se me hace muy diferente a la salsa dura. Ni que decir tiene ya la salsa caleña o la romántica, vengan estas de donde vengan. Y el reggaeton (fusión donde las haya), ya no sé ni cómo catalogarlo.
No veo un delito clasificar Idilio (de Leoni Torres) o Me dicen Cuba (de Havana d’primera) como salsa (cubana).
Por finalizar, disfruto igual en pista con el Cuando te vea (carlos d’castro), como con el Locos por la habana (Manolito Simonet), o el Turn off the lights (La india), así que creo que venga de quien venga la música, sólo hay 2 estilos: la buena y la mala.
Hagamos la paz y disfrutemos todo esto como si no hubiese un mañana.
Nota 2022: Actualizo este relato con este vídeo que publiqué hace mucho en Qué es Salsa. En él se ve lo controvertido del término Salsa en sí.