La última sesión Sandunga, tuvo un toque emotivo. Casi terminando, cogió el micro Cumbanchero para dar las gracias por el apoyo recibido durante 2018. Hace unas semanas dijo directamente: Gracias por apoyar la salsa.
Y cubaneo aparte, la verdad es que lo de la salsa dura en Madrid es casi como una tribu. Alguno se aventura a llamarlo familia… yo lo veo más como un pueblo nómada. De hecho, me arriesgaría a decir que el más estable en el tiempo (aunque no el más grande… eso queda para la bachata).
Me encanta entrar a El ratón y ver cómo van entrando caras conocidas… saludar a este, al otro, o al de más allá… escuchar un poco a Uceta hablar sobre sus teorías vitales, volver a encontrarme con la mujer que me habló del tiempo 2 en Shine Mambo.
¿Por dónde va la ruta de la salsa dura en madrid? Lo que yo conozco: Sandunga y La Clave, (sencillo, en escuela), La Mafia del Guaguancó (sala convencional), La Malanga (polideportivo municipal), La Parcería (nómadas), y Shine Mambo (congreso en hotel).
Digo que es el más estable porque no me da la impresión de que en general, se vaya a esas sesiones a socializar, de forma que lo dejen cuando encuentran pareja. El nivel de baile que ves en ellas, te hace ver que hay gente que le ha metido horas al asunto. Y percibo que lo que buscan es salsa, que sienten realmente la música, y el baile es el objetivo final. como en todo, tampoco es bueno generalizar…
El mundo-baile en Madrid, tiene tiene varios componentes tribales: Como los grupos de amigos que van cambiando de escuela en comandita, que de hecho, es lo que más se ajustaba a mi biografía hasta que he decidido que lo mío es bailar en circular, y me he alejado cual oveja descarriada. No sé cuántos de los que empezamos bailando en una escuela en 2012, hemos pasado todos a la vez otra distinta entre 2016 y 2018…
Ya hablé hace mucho de cómo las escuelas en sí, son un pequeño pueblo, pero creo que es el más volatil… el que más gente ve pasar y no quedarse, por lo menos actualmente. El de la salsa dura, lo conforma la gente que realmente ha encontrado una pasión, y eso marca una diferencia.
Quizás sean esa resistencia salsera en Madrid (que decía Omelencó) que mantiene la salsa viva y que haga que perdure en el tiempo con fuerza. Ayudarán también los timberos (este año hablaré de ellos) y salas de salsa como la de Jowke o Pincel, aunque estos otros (especialmente los timberos) sean un público totalmente diferente al que comento hoy.
Curiosamente, todas estas sesiones se hacen en horario vespertino, y aunque a mí me encanta, me da que pensar si ese formato de sesión conseguiría llenar una sala grande por la noche (ya hablé de ello).
Tendría que preguntar a más gente si van a esas sesiones por la música, por el horario, por el nivel de baile… Ver qué les mueve a no perderse una. Por cierto, el tiempo 2 en Madrid, se mueve en esta tribu. Sin duda, todo un ecosistema de sesiones y bailadores. Desde luego, es muy diferente al SBK.
Seguimos hablando de salsa en 2019.
