Cuando pienso en Rumba New Garamond y el verano de 2015 (lo hablaba ayer con gente de mi entorno salsero), me resulta increíble cómo se ponía esa sala (esa sesión) un jueves. Había que estar allí para verlo. es una de esas cosas que no vale que te las cuenten.

Recuerdo salir de allí entre las 2 y las 3 de la mañana y dejarlo a reventar. Luego la gente te contaba que cuando realmente se bailaba bien era más tarde…

Rumba cerró, volvió a abrir, y volvió a cerrar. No tengo ni idea de por qué, ni voy a hacer por saberlo. Pero sí que es verdad que no he vuelto a oír hablar de una sesión entre semana con tanto ambiente. No digo que no las haya…

De hecho, la segunda vez que abrió, estuve una noche y me gustó, pero ya no era lo mismo.

¿Dónde está la gente que lo llenaba? Porque en estos 4 años, creo que ha empezado a bailar mucha más gente de la que lo ha dejado.

No sé cómo estará Karamelo (The Host), ni hasta dónde van conseguir llenar… ni cómo se está poniendo Azúcar (es un clásico, pero no una sala grande como las que he mencionado). Lo que sí sé es que una amiga me contaba ayer que los jueves baila en Silk (Alcobendas), y que basta que con navegar un poco por la red para ver que (y hablé de esto) hay sesiones por todos los barrios y ciudades de la periferia de Madrid.

Lo estoy viendo también, ahora que he lanzado la sección de carteles de sesiones salseras (SBK).

¿Y los domingos? hace menos de un lustro, apenas Keeper le hacía algo de sombra a Cats. Hoy  le acompañan Jowke, Madrid Tiene Tumbao, La Clave, Timbalarde, Cocobongo, Eclipse…

Parece que se han terminado los tiempos de las hegemonías en el mundo-salsa en Madrid (baile, SBK).

y no es ni bueno ni malo, simplemente diferente. y quizás tampoco definitivo… nadie sabe si cuando reviente la burbuja SBK, volverá a haber sesiones hegemónicas como las que yo he conocido, o como las que narraba Mara en su relato (los lunes íbamos a tal sala, los martes a aquella otra).

Creo que es bueno que todo el mundo tenga sitios majos cerca de casa donde salsear, y que también es bueno disfrutar de un ambiente como el que describo al principio de este relato. Al fin y al cabo, los bailadores somos los primeros a los que hay días en los que nos apetece un ambiente más de barrio, y otros en los que nos meteríamos en las fallas de Valencia.

Seguro que muchos octogenarios neoyorquinos recuerdan Palladium como la sala de su vida… aunque detrás haya habido cientos de ellas. Yo creo que muchos madrileños recordaremos con cariño algunas de las salas y sesiones que han marcado (y están marcando) una época.

Me queda la curiosidad de ver en qué quedará todo el SBK cuando termine su momento. Fueron tantas las de bakalao que se reinventaron hacia otros estilos…