Las noches que Madrid bailo en silencio - Relatos Salseros (ii)

Las noches que Madrid bailó en silencio

El 2 de septiembre de 1990, Héctor Lavoe subía al escenario del Meadowlands Arena de New Jersey, donde sin éxito, intentaría cantar durante varios minutos. Contagiado de VIH y después de haber caído desde un noveno piso hacía 2 años, el cantante de los cantantes estaba totalmente devastado.

Aquel episodio es recordado como La noche que Lavoe cantó en silencio.

Cuando escribo este relato, es Madrid la que está devastada por otro virus, que aparte de matar a los más frágiles, está afectando también a los no contagiados, aunque sea de forma leve en su forma de vida y costumbres, como pasear, cenar fuera, o bailar en nuestro caso.

Esta semana no daba crédito al ir viendo en redes, cómo salas y escuelas iban cerrando una a una… hasta las más reacias.

Ahora veo escuelas y salas que ofrecen clases a través de dichas redes en tiempo real, grupos de baile que promueven iniciativas para mantener a la gente ilusionada, DJs pinchando también en streaming, mostrándonos así a todos la calidad humana que nos rodea, a pesar de ser los más afectados.

Porque no es para nada lo mismo ver un vídeo grabado o bajarse una selección de canciones, que ver por pantalla al profesor o al DJ y saber que está ahí en ese momento. Y es que los virus es eso lo que consiguen, pulverizar el acercamiento entre personas, que es lo que nos hace grandes a todos.

Por eso nada puede con las ganas de volver a entrar a una sala y ver ese ambiente lleno de bailadores sacando sus mejores figuras.

Seguro que estos días venideros, cuando se acerque la hora en la que bailamos normalmente (ya sea sesiones diurnas o nocturnas), podemos dibujar perfectamente en nuestra mente lo que se vive en esas salas en un momento como ese.

De igual forma que Lavoe seguro que cantó mentalmente para su público, Madrid baila en silencio en cada una de nuestras cabezas. Bailamos mentalmente a la espera de que los altavoces de las salas vuelvan a ponerse a funcionar.

Para mí estas semanas serán recordadas como Las noches que Madrid bailó en silencio.

Esta es una ciudad fuerte, que está dentro de una provincia y de un país que también lo son, pero no tengo claro que si esto se prolonga mucho tiempo, todas las salas y escuelas vayan a sobrevivir tal y como las conocemos ahora. Trataré de hablar de esto en breve.

Qué importante es el baile para muchos de nosotros. Cómo cambia todo sin aprender nuevas figuras, sin escuchar tumbaos al volumen y con el ambiente de una sala grande, sin tener una pista de baile de verdad en la que disfrutar, y de forma especial, sin su gente, que diría Lavoe.

Ánimo a todos estos días, esperemos que podamos vernos pronto por las pistas otra vez.

Bailando mentalmente cuando llega la hora de tu sesion - Relatos Salseros