Todas las banderas tienen una historia detrás, un motivo, una población. Suelen llenar de orgullo a todo el que se siente representado, de fervor, de lágrimas. Es comprensible, y lo apoyo.
Pero rara vez genera esa pasión en el resto, que a lo sumo pueden sentir respeto y admiración en el mejor caso.
En cualquier competición internacional de fútbol o de artes marciales, los equipos y aficiones llevan banderas de sus países, pero nunca con la intención de integrar a todo el estadio.
¿Quién ovaciona acaloradamente a una bandera distinta a la de su país?
Sin embargo, en todos estos años no hago más que ver grupos de música latina que ponen banderas ocupando todo el escenario, sociales y eventos de baile con el techo lleno de banderines, DJs haciendo directos con la bandera de su país enfocada por la cámara, etc.
Pasa algo parecido con el blues, el country, o el flamenco, pero hoy quiero centrarme en lo latino, que además es muy exagerado a veces.
¿Y yo me pregunto qué ganan o qué buscan de su público?
Si es una cuestión patriótica, ya dejé claro en su día que creo que el más listo (en esto) es el que más caja hace, y en cualquier caso, no creo que politizar el arte (como dicen Damián y Nina) sea lo mejor para atraer gente nueva.
Porque en la vida, creo que abusar de los colores, a la larga genera cierta animadversión en el que no se envuelve en ellos. Conlleva separación, distancia, todo lo contrario a lo que en mi opinión, debe ofrecer lo artístico, como la pluralidad y el acercamiento entre pueblos.
Y yo soy el primero en buscar las raíces de las cosas, de la música, del baile, de la salsa… pero creo que nada tiene que ver eso con tratar de monopolizarlo, de exhibirlo en exceso.
Es más, pienso que el éxito de la salsa en los 70 fue el de hermanar al mundo latino en su totalidad, a pesar de la presencia de banderas en muchos conciertos.
En el baile, para mí la salsa es un venezolano bailando estilo neoyorquino con una cubana, al son de música puertorriqueña en una sala colombiana.
Percusión africana, instrumentos de cuerda de origen hispánico. Siempre sumar, nunca lo contrario. Eso es lo que lo hace grande. ¿A caso no sabemos de sobra de donde vienen las cosas?
Usemos las banderas con moderación, para que no se vuelvan contra esencia de la salsa.